Lectura: 1 Corintios 12:1-3 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos como se os llevaba, a los ídolos mudos.
Si bien nuestra fe sobrepasa la capacidad de nuestra mente el apóstol insiste en que no quiere que los corintios estén a oscuras en este tema tan posible de malentendidos.
Hay una diferencia con el culto pagano de los gentiles, al que había pertenecido la gran mayoría de la iglesia en Corinto.
Las frases se os extraviaba y se os llevaba son una sola en el original y demuestra cómo aquellos hombres, de un país cuna de la cultura, eran como un rebaño que se dejaba arrastrar mansamente y ahora que eran cristianos seguían ignorando lo importante. Lo trágico es que eran llevados delante de ídolos mudos, en gran contradicción a todo lo que hace en nosotros el Espíritu Santo.
Si alguna vez fuiste llevado delante de un ídolo mudo, dale gracias a Dios que has sido libre.
Oración: Querido Señor te doy gracias por que tu has tenido a bien derramar dones de lo alto sobre cada uno de nosotros.