Un cuerpo, muchos miembros

Lectura: 1 Corintios 12:12-13
Sutilmente Pablo ha pasado a otro plano: debemos suponer que los corintios han estado discutiendo sobre los dones de cada uno. El apóstol dice que no es allí donde debe comenzarse, sino en algo mucho más originario: no sólo nuestros dones, sino que nosotros mismos somos parte del cuerpo de Cristo. 

Nuestro cuerpo no se compone de la vista, la audición, la digestión, etc. sino del ojo que ve, el oído que oye, la mano que palpa, el estómago que digiere, etc. 
Lo que importa no es tanto qué hacemos o para qué estamos dotados, sino qué somos.
Lo que somos depende de nuestra fuerza vital. Mi cuerpo no es sólo una máquina porque tiene vida. De la misma manera, el cuerpo de la iglesia no sólo es un organismo porque tiene un Espíritu, que es el de Cristo. 
Nuestra vida es Cristo, que actúa en nosotros por su Espíritu.
Oración: Gracias Señor que conforme a tu palabra somos un cuerpo con muchos miembros y todos te servimos a ti y a tu mismo reino. Amen. 





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